jueves, 17 de julio de 2008

Desde roma con amor



La luz agonizante de la última tarde romana se mezclaba con el aroma de pino y hacía de la ciudad que aloja al Papa algo insultantemente sensual; quizás por aquella razón, el joven seminarista mal afeitado se dejó seducir un momento por la insinuante gasa del vestido de aquella mujer bronceada y no vio venir el coche.

En su bolsillo encontraron un rosario y una postal.





Querida madre,


Ya llegamos con el resto de seminaristas a la ciudad de los caminos. Pronto nos llevarán a la residencia en el Vaticano y si hay suerte podremos ver Su Santidad el domingo en la misa de San Pedro, aunque sólo sea de lejos. Te escribo en un descanso tras el rosario y pronto cenaremos para continuar mañana con los ejercicios espirituales.

Espero que todo vaya bien por Ayacucho.


Tu hijo que te quiere,


Luis Fernando.




intransitto



La ciudad manchada de tiempo,

sucia de historia,


reventada de balcones y forzada por pinos de ceniza;
Ser clásico es dejar de ser viejo.

lunes, 7 de julio de 2008

juego de críos




Desde el rincón más oscuro y enigmático, dios, el tiempo, la nada, el azar juegan una partida de realidad que les hace mucha gracia. El juego lleva ya un ratito y no va nada mal; primero se les ha ocurrido a dios y a la nada tener un pequeño hijo llamado azar. Este pequeño, jugueteando con lo que se iba encontrando decidió hacerse un amigo y formó a tiempo.
Ahora están todos jugando como sádicos niños que contemplan bostezando como un caracol se quema con sal. A tiempo se le ha ocurrido que no tiene sentido el juego realidad si todo depende de dios y es por eso por lo que llaman a vida, quien rápidamente trae de la mano al más sádico de todos lo niños; hombre, de apellido sufrimiento. Menos mal que mama muerte les llama de repente a tomar la merienda…

Seamos soberbios






Seamos soberbios por un momento;
Juguemos a ser nuestros enemigos,
Vivamos en sus carnes,
Fumemos sus cigarros,
Hagamos fervientemente el amor a sus amantes,
No a sus mujeres, igual que ellos.
Vistamos de caro, vendamos el aire,
Justifiquemos por la implacable sonrisa,
Lo que nos venga en gana.

Pero sobre todo, juguemos a creernos invencibles.
Juguemos a ir cayendo sin darnos cuenta;
Sólo por que el del al lado cae a la misma velocidad que tu
Y tu absurda seguridad fortalece la suya
Y Amén.

Seamos soberbios aun más tiempo;
Finjamos que la felicidad existe,
Que palabras como libertad, amor,
O sencillamente etc, .com
Toman sentido en nosotros. Que somos el futuro.

Yo, yo fui moderno.

De esa clase de gente están hartas las palomas en los parques.
Yo fui tan soberbio como mi hijo. Mi viva imagen

¿Y si rompemos los espejos?


Terminemos,
seamos soberbios un poco más.
Finjamos seguridad frente a todo. Frente a todo también es nosotros mismos
-Venga, que levante la mano quien se conozca. Que lo diga. No se atreve.
- No, no se atreve porque al intentar levantarla han comenzado a tornarse sus
uñas en garras, y le han ajado el rostro. Resulta que sin eso ya no se conoce. Ya no sabe quien es sin sus ojos.
- No, este otro tampoco sabe. Quizás lo intentó, pero pronto le falló la lógica que era lo que esgrimía.
- También fueron cayendo así el poeta, el filósofo, el artista

Y sólo quedaron las palomas.