La comida no es bombas,
los medicamentos no son fusiles,
la ropa no es ideología.
Y sin embargo matan diciendo
que son ideología,
que son fusiles,
que son bombas.
Y no se esquivocan, porque
su violencia, sus fusiles, sus bombas,
han termimado por transformarlo todo en ideología,
no sólo la comida, los medicamentos o la ropa,
sino el mismo color de la piel, los ojos, las entrañas,
la carne toda.
Y por eso la rajan, la estallan en pedazos, la hieren,
porque sólo así es posible
que ropa, comida y medicamentos,
no puedan nunca dejar de ser ideología.
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1 comentario:
ajá, vuelva, vuelva!
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