martes, 29 de diciembre de 2009

A los viejos


Viejos, gente que fue antes de mí, 
gentes que seremos, 
viejos que también vendréis, 

porque lo haréis.

Sabed que esta es mi carta de amor, 
mi testimonio de quien se siente viejo, 
aunque todavía pueda serlo de nuevo, 

aún otra vez.

Somos nosotros, vuestros mejores amigos, 
vuestros mejores amores.
Sabed que seremos nosotros, 
- como vosotros fuistéis y otros se jactan de ser-
quienes hablemos de qué hicistéis, 
y sobre todo de cómo.
Y al mismo tiempo otros haremos, 
que digan qué fuimos, 
y sobre todo cómo.

Viejos, amigos, preludio, 
miradnos porque somos realmente 
vuestro testimonio, 
vuestra marca en el mundo
-la que grite con pasmosa evidencia
que fuistéis
y que fuimos todos.

Nosotros somos esa salvación al tiempo, 
¿es que no lo véis?
Podrán buscar la trascendencia de muchas formas, 
pero la tienen en la cuna, 
al lado de la rutina y de la cocina fría de las madrugadas.

Viejos, 
quizás nosotros hubiéramos sido los mejores amigos, 
los mejores amantes;
sabed, sabed que podría ser así, 
aunque no lo es.
Y sabedlo para vivirlo en toda su intensidad, 
no para ver en nosotros 
sino a quienes os dirán
os reharán, 
y os completarán en los aciertos y en los errores,
hasta que otros nos digan, hagan y completen 
a su vez

y así por siempre, y así una vez más, 
siempre tan intensa como si hubiera habido una primera.

1 comentario:

Unknown dijo...

te acuerdas lo que deciamos el otro día del "orgullo" llamdo amor propio... mira lo que dice la Marguerite Yourcenar...

"No hay nada mas sucio que el amor propio"
"El crimen del loco es que se prefiera a los demás. Esta preferencia impía me repugna en los que matan y me espante en los que aman. La criatura amada ya no es, para esos avaros, sino una moneda de oro en que crispar los dedos. Ya no es un dios: apenas es una cosa. Me niego a hacer de ti un objeto, ni siquiera el Objeto amado."

Ciencia pura..ejej